Si bien la caída del Bitcoin en los últimos días ha puesto en alerta a los inversores que operan con apalancamiento, la mayoría de las instituciones centradas en inversiones de largo plazo mantienen la calma. 

Según Glassnode, un sitio web de análisis de blockchain, la situación sólo se pone de manifiesto cuando se comprueba el flujo de salidas de divisas en el intercambio de criptomonedas Coinbase, considerado el más grande de Estados Unidos y que cotiza en el Nasdaq. 

Según estudios del portal, la semana pasada se canjearon alrededor de 31.130 bitcoins en el intercambio. El total, en dólares, alcanza los 1.200 millones de dólares y es la cifra más alta desde 2017. En una nota, Glassnode explicó que estas elevadas salidas son parte de una tendencia en el balance de la bolsa, que ha ido cayendo paulatinamente en los últimos años. 

Además, como Coinbase es considerado el intercambio con mayor saldo en bitcoins y es ampliamente utilizado por grandes corporaciones con sede en Estados Unidos, Glassnode cree que todo el movimiento en cripto confirma la adopción de la moneda digital como activo económico por parte de estas instituciones. 

Los movimientos realizados en la última semana provocaron que el número de monedas en Coinbase alcanzara el nivel más bajo en cuatro años. El saldo de todos los brokers centralizados también cayó y alcanzó su porcentaje más bajo desde finales de 2018. 

Todo este movimiento a la baja implica que la liquidez para vender Bitcoin está empezando a escasear. Entonces se abre espacio para un fuerte aumento. Generalmente, cuando las criptomonedas salen de los intercambios, van a billeteras desconectadas de Internet, conocidas como “billeteras frías”, y están básicamente inactivas. 

Según la herramienta Skew, las expectativas de los inversores con respecto a la volatilidad de las criptomonedas en las próximas cuatro semanas aumentaron de 68% a 77%. Esto podría significar el crecimiento de los comerciantes que compran acciones que se benefician de los cambios de precios de Bitcoin. 

Aún más relevante es la volatilidad implícita de tres meses, que se recuperó y se mantuvo por encima de la realización retroactiva, incluso con un desempeño inferior a las expectativas a principios de marzo.

Este aumento de la volatilidad implícita implica un aumento en la demanda de alternativas que funcionen como herramientas de cobertura. En otras palabras, la opción de compra le da al inversor el derecho a comprar Bitcoin a un precio previamente determinado y en una fecha específica. Y la opción de venta funciona de la misma manera. 

Quienes ya tienen más experiencia en el mercado comercial utilizan estas alternativas para cubrir riesgos a la baja. De hecho, terminan comprando ambos para capturar retornos de los datos macroeconómicos en muchos casos. El valor de las alternativas indica que la mayoría de las compras se centran en adquisiciones a largo plazo.