Pues bien, desde el inicio de la pandemia de covid-19, Brasil enfrenta uno de sus peores momentos económicos. En 2021, el país experimentó una inflación de 10%, y las cifras elevadas persistieron a principios de año. El índice IPCA alcanzó su nivel más alto desde 2016, cerrando enero en 0,54%. Y ahora se espera que el conflicto entre Rusia y Ucrania aumente los precios de los alimentos. De esta forma, el supermercado se encarecerá.

Aunque las importaciones de alimentos de ambos países no son tan significativas para Brasil, el efecto del aumento de precios a nivel global debería afectar aún más a la economía brasileña. Según informó Agroconsult, la guerra ha provocado que los precios internacionales crezcan en 20% desde enero, y la expectativa es que estos valores sigan expandiéndose.

Sin duda, una de las principales consecuencias con repercusiones casi inmediatas es el aumento del precio del trigo. Por ser uno de los granos más utilizados en el día a día de los ciudadanos brasileños en la producción de alimentos y bebidas, el país consume más de lo que produce. Por tanto, es uno de los productos fundamentales de importación nacional. 

Entonces, otro grano que debería afectar la inflación es el maíz. Ucrania es responsable de alrededor de 16% de las exportaciones mundiales del producto y, según los expertos, el grano tiene un precio alto en el mercado financiero mundial.

Al tratarse de un alimento esencial en la nutrición animal, un incremento mayor al actual podría encarecer considerablemente el coste de los productos cárnicos. 

Para los productores que se preparan para la cosecha 2022/2023, el crecimiento de los costos de los fertilizantes se ha convertido en un motivo de preocupación. Esto se debe a que el mayor proveedor de este rubro para Brasil es precisamente Rusia, que representa alrededor de 20% de los fertilizantes adquiridos por el país. 

Con el mercado internacional cerrando sus fronteras comerciales con el país invasor, la dificultad para obtener el producto podría tener graves impactos en la producción de alimentos brasileña. 

Finalmente, el precio de los combustibles fósiles también tiene un impacto directo e indirecto en la inflación. En la última semana de febrero, poco después de que se anunciara la inflación rusa, el valor del barril de petróleo alcanzó la impresionante cifra de US$105. En este sentido, el dólar, que tiende a fortalecerse aún más, también debería ejercer presión sobre los precios de la gasolina.